Escritos de Irina Polà - Edad Media y Siglo de Oro
   
 
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Edad Media y Siglo de Oro español

La Edad Media, está encerrada las más de las veces dentro de un concepto erróneo, gracias a una dudosa interpretación de terminología que lleva a pensar, que se trata únicamente de un lapso histórico intermedio, entre la época antigua y la moderna; incluso se la ha juzgado como algo incompleto. La realidad es muy distinta; lo que sucede es que dentro de ella, se encasillan dos épocas totalmente diferentes dentro de los límites medievales pero dentro de un mismo concepto: la llamada Alta Edad Media y la Baja Edad Media. Fuera de vista occidental, sólo existen bárbaros.

Dice el Profesor Huizinga: “Mal entiende a Europa, quien no conozca la Edad Media Europea…”. Dice el Profesor Johannes Bülher: “Es en la Edad Media, que se constituye el triángulo en el cual se apoya nuestra cultura. La razón es la siguiente al distinguir tres fenómenos fundamentales:

 

  • Antigüedad, representada por el mundo Greco-Latino o período clásico.
  • Cristianismo: el ámbito representado por Cristianos y Judíos
  • Germanismo: Integrado por Noruegos, Suecos, Daneses, Islandeses e Irlandeses.

 Este marco histórico, está dominado por el cristianismo, y es allí donde se sitúa la Edad Media. El Cristianismo, la Cultura Románica y la Cultura germánica, son elementos ligados por el Latín Culto, o llamado medieval, que es lo que engloba desde el punto de vista lingüístico la llamada Edad Media.

Ahora bien, la importancia de lo religioso dentro de esta época, es que el grupo católico, influye totalmente a Occidente. Este surge a raíz de la división del Sacro Imperio Romano en Oriente y Occidente; de allí que existan dos formas de Cristianismo: El Unitario y el de Bizancio.

A la caída del Imperio Romano, Roma misma se convierte en un lugar en donde los grupos cristianos comienzan a defender su fe y se les llama católicos. A su vez en Bizancio, surge una disputa con Roma, y entonces los bizantinos se denominan ortodoxos. Todo esto sucede bajo el reinado de Focio El Beodo, llamado así por su inclinación al alcohol. Existe pues división en la forma cristiana quedando así: La Ortodoxa que imperó en los pueblos esclavos, y el grupo católico que incluyó en Occidente. Es necesario conocer este hecho histórico, para entender no solo la Edad Media, sino su desenvolvimiento hasta el gran renacer Literario que constituye el Período Barroco, es decir: la segunda mitad del llamado Siglo de Oro español.

El hombre medieval, está altamente influido por el pensamiento religioso, de alli que sus temas están impregnados de conceptos tales como: Valle de Lágrimas…El tema de la Muerte, y el temor a la condenación eterna.

La llamada Antigüedad, queda rota en el año 476, para dar paso a la Edad Media. Es de suma importancia al tener en cuenta que ese paso, lo produce el cristianismo, con dos importantes características: Clero Secular, que pertenece al mundo y no va a ningún monasterio, y Clero Regular, que está sujeto a las reglas organizadas del Convento.

Al conocer que las ciudades estaban gobernadas por Obispos, se da un mas amplio panorama, del porqué el Cristianismo es tan importante en esa época. Es de hacer notar que en ese entonces, se tenía espíritu de Idioma, por lo que constituye la lengua cultural, pero con variantes regionales.

 

TEATRO ESPAÑOL DE LOS SIGLOS XVI. XVII. Y XVIII.

 

¿Qué es la vida? Un frenesí

¿Qué es la vida? Una ilusión.

Una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

 

El hombre medieval se sentía transitorio, pero no a través de la historia, ni de terreno contorno, que tenía límites muy concretos para él, sino en la medida que juzgaba transitoria su existencia, breve y deleitable, pero condicionada por la fe y por la penitencia frente a un paraíso, que culminaba la vida de un ser penitente. Puede entonces entenderse el violento claroscuro, a que estaba sometido el hombre medieval, quien tenía sobre su cabeza un cielo que parecía girar en torno suyo, y sospechando a sus pies la existencia de un infierno que le atemorizaba enormemente.

Oscila pues, la vida medieval, entre la atracción mística y el deseo intenso de aprovechar el ligero tránsito por el mundo, de manera muy profunda.

Pero existía también otro factor muy importante: la hechicería. Esta actúa como antítesis de la exaltación religiosa, y este tremendo conflicto, no es de ninguna manera una cuestión privada, salta a la vida colectiva. El Carnaval y la Cuaresma, se enfrentan y alternan su dominio año tras año, en el calendario de las fiestas… en las artes y en la Literatura.

En los combates de Don Carnaval y Doña Cuaresma, representaciones que se llevaban a cabo, y en los equívocos cortejos de Don Amor, participan todos los estamentos sociales, atraídos o seducidos por una íntima y peculiar democracia.

La ironía crítica, es otro fruto agridulce y refinado de la Edad Media, esta lo alcanza todo, a la Literatura, al concepto divino, a la burguesía y también a la Aristocracia. Todo ello cabe en el recinto de la Farsa. Pero la más criticada irónicamente es la actividad clerical. Bajo el anónimo en que se esconden los arciprestes juglarescos, alientan una actitud reformista hacia un nuevo planteo dentro de la propia clerecía. Muestra de esta actitud anticlerical, tenemos la obra El Libro del Buen Amor, o las continuaciones de La Celestina. Esta es pues, un rasgo típico de la Baja Edad Meda, ajustada fuertemente a la ortodoxia romana.

Un ejemplo de este tipo de expresión satírica, la encontramos en Pedro López de Ayala, en su obra: El Rimado De Palacio.

 

Si quisieres para mientes como pasan los doctores,

aunque tienen mucha ciencia, mucho caen en errores,

porque en el dinero tienen todos sus finos amores,

el alma han olvidado, de ella ni tienen dolores.

 

FARSA Y PARODIA

No se puede negar a autores medievales, con un arte propio de la farsa, que eligen sus temas entre símbolos trascendentes y los hace sus víctimas. Se canta también con auténtica unción religiosa, Los gozos de Nuestra Señora, y poco después se pasa a la parodia burlesca de los oficios religiosos.

Escuchemos una estrofa de una Cántiga de Loores de Santa María, del Arcipreste de Hita:

 

Gran confianza yo tengo en ti Señora,

la esperanza es ti está a toda hora;

de malandanza, sin tardanza,

¡Venme a librar ahora!

 

En su esencia, el Teatro Medieval no es una adaptación de viejos textos, sino la recreación de temas y ambientes; cuya raíz se ha mantenido viva hasta ahora. Se puede afirmar con seguridad, que el teatro Medieval, ha estado presente en la escena española, aunque con ligeras variantes. El Siglo de Oro, encierra mucho de esto. El propio Lope de Vega, que es recalcitrante opositor al sentido medieval, es influido muchas veces por ella, es decir la Edad Media. La escena medieval, busca la complejidad y la variedad. En él es predominante la imagen de villas castellanas, callejas irregulares, etc. Ordenadas dentro de una jerarquía social, en la que los elementos están perfectamente clasificados.

 

AUTOS SACRAMENTALES

Consistían en representaciones ambulantes, montados sobre carretas, y siempre con motivos religiosos a manera de pastorelas. Se representaban en las plazas públicas o en los atrios de las Iglesias. Se les toma como la iniciación de las obras de teatro escritas posteriormente, en forma similar, pero con temas no necesariamente religiosos. La siguiente es una expresión de un Auto Sacramental de Juan de Encina:

 

A Belén vamos zagales,

que allí dicen que ha nacido.

en un pesebre metido,

envuelto en unos pañales

entre brutos animales,

que quiso venir a nacer

en tan crudos temporales 

por pagar bien nuestros males,

ya comienza a padecer.

 

Desde el Auto de los Reyes Magos, no se conoce otra producción de este tipo, hasta el Siglo XV. El autor más antiguo del que se tiene noticia, es Gómez Manrique. Existe pues, una laguna de más o menos tres siglos. Lo que sí se sabe de cierto es que los Pasajes Evangélicos llevados a escena y el llamado Teatro Profano o Juegos de Escarnio, fueron las primeras manifestaciones de Teatro. De todo ello existe constancia en textos, sobre todo en Las Siete Partidas, y en obras como, El Corbacho del Arcipreste de Talavera, del cual se conocen también, una representación de la Pasión en la Iglesia del Carmen, en Valladolid.

Juan del Encina, saca el teatro del templo y lo lleva a palacios  y Castillos, haciendo de el una diversión de carácter profano y no una interpretación de temas litúrgicos, como había sido hasta entonces. Esto sucede entre 1480 y 1530 aproximadamente.

Con Lope de Rueda, pasa a las plazas públicas o a los patios de las posadas con lo cual el teatro se pone en contacto con el pueblo y se identifica con este, como ocurre después con Lope de Vega.

 

INTERCAMBIO CULTURAL CON ITALIA

Estaba esta dividida en pequeños reinos y ciudades libres, y con territorios bajo el dominio español; por esta razón, funcionarios, soldados y comerciantes entraban en contacto con la cultura y letras imperantes en Italia. De allí que de regreso de la península, a España, llevaban gérmenes de muchas cosas nuevas. En la Celestina, obra más grande de éste período, es fácil advertir éste influjo. Una muestra de un diálogo de esta obra:

-¡Oh malaventurado Calixto! Cuán burlado has sido de tus sirvientes… ¡Oh engañosa mujer celestina! Dejárasme acabar de morir y no tornaras a vivificar mi esperanza, para que tuviese más que gastar el fuego que ya me aqueja…

-¿Por qué falseaste la palabra de esta mi señor?... ¿A qué mandaste aquí venir, para que me fuese mostrando el disfavor, el entredicho, la desconfianza, el odio, por la misma boca de esta que tiene las llaves de mi perdición y gloria?

-¡Oh enemiga! ¿Y tú no me dijiste que esta mi señora me es favorable?

-Cesen, señor mío, tus verdaderas querellas; que ni mi corazón basta para que sufrirlo, ni mis ojos para disimularlo. Tú lloras de tristeza, juzgándome cruel yo lloro de placer, viéndote tan fiel. ¡Oh mi señor y mi bien todo!... ¡Cuánto más alegre me fuera poder ver tu rostro, que oír tu voz!. Pero, pues no se puede al presente hacer otra cosa, toma la firma y sello de mis razones, que te envié escritas, con aquella solícita mensajera. Todo lo que dijo, confirmo, todo lo doy por bueno…

Esta obra dialogada, irrepresentable por su extensión, viene a ser el coronamiento de la Literatura Española medieval, hacia el análisis del alma humana y sus expresiones. En ella se manifiesta el peculiar personaje de la Celestina o Trotaconventos, personaje que sirve de intermediario entre dos amantes a cambio de dinero. Esta figura fue tomada posteriormente por otros autores. El Arcipreste de Hita, en su Doña Endrina, creó una comedia de tipo celestinesco, en la que la trotaconventos, juega el importante papel con una doble pareja amorosa.

Durante el siglo XV, España universaliza las letras y las artes del mundo entero. Se vuelve al mundo greco-latino y a los ideales paganos. Es el Renacimiento, de influjo netamente italiano. El Renacimiento España, nace tímidamente y poco a poco va a tomar auge, hasta convertirse en modelo de Humanismo. Las consecuencias del Humanismo, representado por Dante, Petrarca y Bacaccio, florecieron en hombre como: Maquiavelo, Tasso o bien Ariosto. Es el sentimiento de belleza jamás expresado antes, por hombre alguno. Es de trascendencia importantísima para las artes y letras en general.

Su importancia la expresa Augusto Messer: “La ciencia y la Filosofía modernas, son hijas del Humanismo…”. Es esta época, es introducido el Latín clásico como modelo. Es en este periodo que se le da un nuevo giro a las letras, cuando en sus albores va sobresaliendo la iniciación propiamente dicha, del Teatro Español.  Inmediatamente se inicia el desarrollo del teatro en España, aparecen autores anteriores a Lope de Vega: Bartolomé Torres Najarro…Lope de Rueda…Juan de Timoneda…Juan de la Cueva

Lope de Rueda es el inventor de los llamados entremeses, y Bartolomé Torres Najarro, es llamado por muchos: El Padre del Teatro Español, cultivó la escena con elementos puramente españoles, que alcanzarán su apogeo con Lope de Vega. Sus obras fueron prohibidas por la Inquisición. Sus comedias, además de valor artístico, poseen gran valor histórico y estético. Menéndez y Pelayo dice:

Fue un paso de gigante que dio en el camino de la Comedia, fue el fundador de la comedia de intriga.
La única obra que se conoce de Torres Najarro es La Propalladia, colección de piezas dramáticas y de poesía. Se titulan así: Comedias: Serafina, Trofea, soldadesca, Tinellaria, Imenea, Jacinta, Aquilana y Calamita.

Aparecen pues, los caracteres del teatro español de Lope de Vega. En general los argumentos versan sobre temas amorosos, y de exaltación del punto de la honra, como ocurre luego con Lope de Vega y Pedro Calderón de la Barca.

Llegamos al gran Lope, todos los ámbitos de España están impregnados en sus obras…sus calles, sus casas, su gente. Fue privilegio de su talento, el hacer de su voz la voz de un pueblo y ofrecerse a la posteridad como un histórico retrato de su pueblo. Su talento es comparado únicamente con el de Cervantes, pues ambos aunque por distintos caminos, realizaron un milagro literario en sus creaciones.

Resulta imposible abarcar toda la obra de Lope. Escribió sobre todo, cubrió todos los géneros y todos los recursos esenciales con que el hombre crea, fija su pensamiento y lo transmite. Su rasgo sobresaliente y que permite identificarlo fue su lirismo. Fue siempre y sobre todas las cosas: Un poeta. Fue poeta en su vida y en su obra. La cantidad que posee, hace muy dificultosa su clasificación, según algunos autores escribió 1800 comedias y unos 400 Autos. De todo ello solo nos han llegado unas 400 piezas. Es un escritor fértil y subyugante, creó un nuevo género: La Tragedia Popular. El valor del teatro de Lope es inapreciable. Su originalidad consiste en su vital humanidad puesta al desnudo.

En general el llamado Siglo de Oro, está dividido en dos períodos: De Garcilaso de la Vega a Miguel de Cervantes y Saavedra, y el segundo de Góngora a Pedro Calderón de la Barca, o sea el llamado período Barroco.

En nuestro afán de llevar cultura y conocimiento a su auditorio, ha enviado en su mensaje de hoy, un pequeño esbozo de esa gran realidad literaria, que constituyó El Siglo de Oro.

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